Primero quiero agradecer eternamente a todos los que extrañan mis palabras, escribo gracias a ustedes.
Empiezo ya, con bastante tiempo sin escribir para todos. Escribo para mí a diario, me olvide de ustedes que me sirven de inspiración aunque muchos se perdieron años atrás.
Comencé recordando, con nostalgia como siempre y con fortaleza como nunca. Recordé que nadie nunca me ha gustado más que un buen libro y un cigarrillo al atardecer. Recordé el apoyo, eso. Siempre eso, nada mas me hace feliz. Eso, me hace llorar de alegría.
Vivo en un mundo que paga grandes cantidades de dinero para cambiarme, que me mira de reojo, que juzga sin conocer. Yo no juzgo a un libro por su portada, lo hago por su titulo y la descripción en la parte posterior. Tómense el tiempo de ver, tan solo un poco mas allá.
Detrás de cada sonrisa hay muchas lágrimas, detrás de cada recuerdo hay muchos olvidos. Detrás de mi están ustedes, levantándome cuando pueden verme. Caigo al vacio muchas veces y muchas otras me levanto, otras veces muero y muchas otras revivo.
Puedo confesar que si me proponía a ser como soy, nunca lo hubiera logrado. Nadie es, lo que es porque lo decide. Cada caída deja una cicatriz, cada cicatriz deja una enseñanza. No hay rostros sin manchas de dolor.
Tengo muchos planes que realizar, muchas reglas que romper, muchas barreras (más altas que yo) que saltar, mucho miedo que pisar. Tengo tanto en mente y poco en vida…